domingo, 10 de octubre de 2010

Temía

Temía estar solo, hasta que aprendí a quererme a mi mismo. 
Temía fracasar, hasta que me di cuenta que únicamente fracaso si no lo intento. 
Temía lo que la gente opinara de mí, hasta que me di cuenta de que de todos modos opinarían de mi. 
Temía me rechazaran, hasta que entendí que debía tenerme fe.
Temía al dolor, hasta que aprendí que éste es necesario para crecer. 
Temía a la verdad, hasta que descubrí la fealdad de las mentiras. 
Temía a la muerte, hasta que aprendí que no es el final, sino más bien el comienzo. 
Temía al odio, hasta que me di cuenta que no es otra cosa más que ignorancia. 
Temía al ridículo, hasta que aprendí a reírme de mi mismo. 
Temía hacerme viejo, hasta que comprendí que ganaba sabiduría día a día. 
Temía al pasado, hasta que comprendí que no podía herirme más, que sólo existe en forma de recuerdos y por lo tanto, el pasado siempre se va.
Temía a la oscuridad, hasta que vi la belleza de la luz de una estrella. 
Temía al cambio, hasta que vi que aún la mariposa más hermosa necesitaba pasar por una metamorfosis antes de volar. 

Hagamos que nuestras vidas cada día tengan más vida, y si nos sentimos desfallecer, no olvidemos que al final siempre hay algo más. Si no eres feliz al final, entonces no es el final.

martes, 28 de septiembre de 2010

Dudante

Sí, sí.  Vos pensaste.  Pero te equivocaste.  Además no creo que lo hayas hecho.  No puede ser.  No se puede hacer tan rápido.  Pero sí.  Y te lo voy a seguir diciendo y repitiendo hasta el cansancio.  Sino, ¿en qué me entretengo?  En nada.  Siempre es lo mismo.  Un ida y vuelta.  Y vos que estás no en tu mejor día.  Quizá por eso te convertiste en dudante.
Sí, una dudante completa.  Que nadie entiende.  O yo no quiero entender. Vos me explicás, pero me cierro.  No quiero, no quiero, no quiero.  Y yo te explico, pero vos ni me escuchás.  Nada, nada más se me ocurre para hacerte entrar en razón.  Te pido pruebas.  Yo te las doy.  Pero sigo siendo du... ¿cómo era?.  Dudante.  Ah, sí.  Dudante.  ¿Por qué dudante?.  Dudante.  En constante duda.  Para todo.  Desde tomar café con leche o agua hasta decidir si quiero o no creer.  Por eso dudante, ¿entendés?
No importa.  Pensá lo que quieras.  Yo sé lo que tengo que hacer.  Aunque a mi no me parece.  Pienso mucho antes de hacer las cosas.  Por eso dudante, ¿no?  Sí.
Voy a dudar en todo pero me molesta.  Corto, corto.  No entiendo por qué corto.  Será porque sos dudante.  Dudante hasta el último momento, vas a decidir todo, hasta si te quedás o te vas.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Para Asegurar Mi Estadía

no sé si serán tus ojos, o quizá tu sonrisa de niña vieja... la tranquilidad de tus pequeñas arrugas... la desolación de esas ojeras TERRIBLES que no te quedan tan mal después de todo... será tu boca, tu nariz, tus lentes, tu pelo, tus manos, tu esmalte de uñas, tu gato... no lo sé
lo cierto es que uno a veces encuentra refugio donde menos se lo espera... se encuentra a si mismo reflejado en las letras de otro... se puede ver transparente y fielmente representado en ese escalofrío que pasa por el cuello cuando te digo "yo también"...
puedo hasta sentir unas caricias, aunque no conozca tu voz... puedo también sentir tu mirada calma como si me acompañaras por una caminata a la tarde, un otoño de esos, cualquiera viste...
del brazo o de la mano, casi sin cruzar palabra, pero sin embargo teniendo una larga charla entre nuestras pieles que se cruzan en un camino inevitable de pérdidas y emociones, de ligeros pensamientos que no pueden contenerse el uno al otro, y que sin embargo, se ven, se palpan, están...
la verdad, no lo sé... no sé qué será de vos... no sé si será el destino en el cual no creo, o la suerte que innegablemente no estoy construyendo como lo planeé... pero estás, estás ahí, puedo palparte, a través de estos cristales, puedo palparte...
me encanta saber lo que pensás, lo que sentís... tus diferencias con vos misma, tus idas y venidas... esos viajes astrales que organizás con tus amigos y una pequeña "ayudita"... los que te hacen ver y pensar y sentir y ser diferente... ser parte de ese otro mundo que visitás a veces y no sabés bien de qué se trata... pero sabés que ahí estás bien...
amaría poder encontrarte en esta realidad fea (por no decir otras cosas peores), así de casualidad, como esta vida "hermosa" me juntó a vos, y no me puedo separar por más que quiera... siempre hay algo más por conocer, algo más interesante por compartir, algo más que quizá nos una o nos separe, no lo sé... no lo sé
lo que sé a ciencia cierta es que mis músculos se relajan ante tu "presencia", que respiro más tranquilo sabiendo que otra vez estás ahí, que otro día podemos compartir más cosas nuestras, que no podemos compartir con todo el mundo, esas cosas que otros observan y dicen "uy, mirá que lindo lo que hiciste" pero no lo entienden de verdad... no lo VIVEN...
a través del cielo de tu mirada puedo ver más allá, puedo volar también... vos sos mi ayuda, vos me resucitaste, reviviste ese fuego que estaba dentro mío pero que sin embargo tenía miedo de salir por quién sabe qué causa (quizá las mismas por las que se metió ahí dentro)...
mis palabras no bastan posbilemente para expresarme, jamás lo hicieron, jamás lo harán... pero hasta ahora (y espero comprendas) mi único anhelo es sentarme a tu lado en un banco de plaza, mirandote de frente, viendo tus alas abrirse, viendo mi mirada en la tuya, sintiendo tu mano posarse suavemente sobre la mía mientras me decís "en qué estás pensando?" al únisono de mi despertar de este sueño despierto cuando te digo "en vos"

domingo, 19 de septiembre de 2010

Se nos escapa

Despierto otra vez agitado por mi sueño
Me encuentro vivo y corriendo pero no me alejo
Oigo al viento y una laguna que trae el silencio shh

Presiento que no podré olvidarte tan fácil
Adentro las rimas solo recuerdan al frágil
y sostengo un paraíso de formas de arena que se deshacen con el viento

Lo que no sale de día
se nos escapa de noche
y es imposible manipularlo

A veces siento que no me conozco bastante
Conservo esa inocencia que me hace mutante
Voy tranquilo husmeando el aire a través del camino...
voy... voy...


Gracias SaloPop por esta canción tan hermosa y genial
youtube: Se nos escapa - Puente Fierro

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Distancia

Es una pena que haya distancia entre nosotros. No sé cuánto es exactamente, no puedo medirla, pero sé que siempre va a estar, sin importar cuán "cerca" creamos que nos hallamos uno del otro. Ya lo creo que es una pena, y la estoy cumpliendo día a día al verme impotente e incapaz de acortarla. De cualquier manera seguiría existiendo. Por más que tengamos la posibilidad de elegir, a veces las únicas opciones son como mentirnos para sentir que tenemos alguna chance contra lo invariable. Ya lo creo que es una pena, pero quizá si las cosas hubieran sido diferentes, ahora esa pena no existiría. Ahora vos no existirías y, sin lugar a dudas, nunca hubiera existido un nosotros. Tampoco hubieran existido tantas otras cosas y nuestra realidad hubiera sido tan diferente sin un nosotros en el medio. Quizá podrían haber existido otros, o ningunos. O quizá alguno de nosotros hubiera dejado de existir. Por eso muchas noches me pregunto ¿vale la pena cumplirla?

lunes, 13 de septiembre de 2010

Simplemente una lágrima en el recuerdo olvidado de un pasado cercano.

...El día en que las ruinas circulares de nuestro corazón apagado cesen de escuchar las palabras que nos deja y nos quita el viento, será el día en que nosotros podamos estar tranquilos en nuestra agonía recurrente... hacia donde nos dirigimos, hacia donde miramos, hacia donde hablamos, hacia donde pensamos, todo vuelve a nosotros, nosotros, nosotros... por qué acabar con el recuerdo, cuando puede ser aquél el que acabe con nuestra desdicha?, por qué olvidar el olvido, si al final terminamos recordando?, por qué amañatar nuestros sentimientos, mientras nos sentimos atados a ellos?, por qué negar lo innegable?, simplemente eso... POR QUÉ?... nunca se sabrá... rezaba MI oración de la tarde, cosa que era realmente ajena a mi, cuando de repente recordé... recordé esos momentos pequeños, imborrables que habitan mi memoria gracias a vos... esa piel pura que suavizaba mis sentidos, esa mirada solemne que recorría mi rostro, esa voz, esa voz pura que solamente decía lo que tu alma sentía... pero sentía realmente?... sólo vos lo sabrás, por eso quizá me queda nada más que el recuerdo, el recuerdo de ese momento, por más pequeño que sea, pero es TU momento, el momento en que los dos fuimos felices por aunque sea 30 minutos... y me puse a pensar... recordar es pensar?... quizá si... quizá sea por eso, que mi beso fue negado...

domingo, 12 de septiembre de 2010

Silencios

Perdoná mis silencios.  Aquel silencio contemplativo, que lo único que puede hacer es admirar tu belleza.  Aquel silencio profundo de cuando, por mi alegría, no tengo aire para expresarme.  Aquel silencio pensativo gracias al cual te escribo esto.  Aquel silencio comprensivo cuando nos miramos y nos entendemos.  Aquel simple silencio de cuando escucho el melancólico sonido de tu voz.  Aquel silencio permisivo, cuando dejo que hagas lo que quieras conmigo.  Aquel humilde silencio al cual me sumerjo en cada ocasión que te veo, una y otra vez, siempre.  Pero gracias a esos silencios es que te quiero cada vez más, porque veo realmente como sos; te escucho, te siento, te miro, me dejo llevar por lo que pase.  Por única y primera vez, no me guío por la razón, sino, por vos.

martes, 7 de septiembre de 2010

Recurrencias

Casi veinte caminos llevo recorridos, y, ciertamente, todos me trajeron al mismo lugar... pero cada vez que volvía, mi lugar de origen había cambiado, estaba distinto, se sentía distinto... el sol no era el mismo, las mañanas tampoco, estas noches tampoco fueron iguales, me faltaba algo, pero tenía algo nuevo, que todavía no sé que es, pero sé que está... mi cielo me rechazó, volví otra vez a la tierra indigna de recibirme, más aún indigna que aquel cielo al cual intenté llegar... me siento triste, acongojado, egocéntrico... es inevitable sentirse egocéntrico, simplemente porque uno se ve solo, solo otra vez... aquel cielo innegable, se me negó... quizá por mis debilidades, quizá por mis virtudes, que eran pocas, pero ahora tengo más oportunidades, igual que vos... sigo buscándolo en cada noche, cada luna, cada mañana, cada sol, cada nube de egocentrismo que veo dispersa por mi vida, y por la tuya... me creí merecedor de una oportunidad, oportunidad que jamás existió... por un momento compartí algo de tu vida, de tu alma, de tu piel... por un momento fui ese aire omnipresente que roza todo lo que está, por un momento vi el lugar por donde entraba tu luz de alba, por un momento sentí tu piel, tu piel que nunca calla... pero ahora, mi corazón, lleno de tristeza y melancolía puede sólo describir su soledad... su soledad efímera, silenciosa... la misma soledad que vino viviendo día a día... mañana a mañana... tarde a tarde... noche a noche... noches sin sentirte, sin verte, sólo suponiendo que estás... porque nadie ve el cielo hasta su muerte... y nadie es merecedor del cielo por sólo creer en él... me considero dichoso pese a todo... pude ver el cielo... pude ver todo lo que hice... lo que hice mal... se puede decir que vuelvo a nacer... hablo de mi, por cierto, pero ya no siendo el centro de todo, sino como agradecimiento, gracias, gracias, gracias... gracias cielo mío que tanto me diste, que tanto me supiste escuchar, que tanto me supiste hablar cuando estaba solo, solo como ahora... se me va una parte de mi... pero es sólo eso... una parte... mi visita al cielo me ha dejado mucho más de lo que se fue... ciertamente, todavía no sé qué es lo que deja... lamentablemente, sí lo que se fue... noches... meses... años de sueños tirados por la borda, solamente por un sentimiento superfluo de melancolía, miedo, o quien sabe que......... quizá... no soy yo, quizá no sos vos... pero su dependencia al pasado marcó su presente, su casi solitario presente... he llevado mucho tiempo escuchando, quizá conociendo... pero jamás ni uno se va a llegar a conocer... he amado, sí, AMADO, quizá como nadie amó en el mundo, pero quizá no fue suficiente amor..................... se fue enfriando poco a poco... pero enfriando al fin... tu fría sangre metálica no escucha los cálidos latidos de tu interior... dejarse llevar... por qué?, por quién?... quizá demasiados sentidos para un solo ser... quizá, pocos sentidos para un solo ser... nunca se sabrá que pasó por su corazón aquél día... solo ella, ella lo sabe... es su secreto, su secreto innegable... su secreto eterno... podrán los secretos ser algún día secretos?... o alguien los tiene que saber?... sólo ella lo sabe... ella, su fría sangre y su cálido corazón...

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Dama de las lágrimas negras

Dama de las Lágrimas Negras, ¿por qué sigues llorando? ¿Por qué sigues tratando de alejar tus alegrías para tapar tus miedos? ¿Por qué siempre que recuerdas tu pasado, lo haces con tristeza o anhelo?
Piensa en el futuro, Dama de las Lágrimas Negras.  El pasado sirve para aprender de él, no solamente para lamentarse por lo que pudo haber sido, o lo que ha salido mal.  Recuerda con alegría cada momento de tu vida, porque los momentos son únicos, irrepetibles.  Vive cada noche como si fuera la última, porque la luna nueva, en realidad es vieja, y nunca se volverá a repetir.  Vive cada sueño como si fuera real, porque es en cada uno de ellos en donde se encuentran las respuestas a nuestra vida.  Mira cada flor como si fuera única, porque en realidad lo es.  Mira el cielo todas las mañanas, aunque esté nublado y aprecia la grandeza de tu pequeñez.  Guarda tus tristezas, Dama de las Lágrimas Negras, aunque sientas que las desgracias te empañen la vida, aunque sientas que tu destino ya está marcado, aunque pienses que nunca más podrás ganar siquiera en lo que haz ganado ya, por favor, guarda tus tristezas, jamás dejes que te vean débil.
Mírame con esos ojos que han visto tantas cosas, y que ya no desean ver más.  Mírame por última vez, antes de que me desvanezca entre tus pensamientos, antes de que yo olvide los míos, antes de que mi inspiración desaparezca en tus palabras.  Mírame con esa mirada triste que tienes, esa mirada que no se anima a decir las cosas, pero que sin embargo yo sé leer como un libro abierto.  Mírame con esa mirada profunda, cargada de sentimientos que ya no sabes cómo expresar, cargada de glorias y fracasos, de recuerdos impunes a las memorias.
Déjame tocarte, aunque sea una vez, Dama de las Lágrimas Negras, para sentir la suavidad de tu piel.  Esa piel tan sensible que es lo que más perfectamente te representa.  Esa piel hermosa, pura, que te protege como una pared de cristal.  Déjame tocar tu rostro, para guardar tu expresión entre mis manos, para tenerte siempre feliz, siempre triste conmigo, para poder recordarte cuando no estés, cuando me desvanezca entre tus brazos.
Quisiera poder estar entre tus sábanas.  No dejar que la noche oculte los resabios de tu ser.  Ayudarte a ser quien eres, a descubrirte, a disfrutarte.
No dejaría nunca que te fueras, pero a cada momento te escurres de entre mis dedos como un puñado de arena fina.  Tratar de atraparte es como tratar de parar el viento, como tratar de empuñar el agua.  Sin embargo, siempre regresas.  Siempre regresás a mi para desahogar tus penas, para demostrarte a vos misma lo que necesitás demostrarte a cada noche, cuando no podés verte más, cuando tus pensamientos y tus sueños quedan al descubierto, cuando podés escuchar mi respiración coordinada con la tuya, cuando los bostezos se contagian, y cuando no necesitamos palabras para entendernos.  Siempre regresás para contarte a vos misma cosas que no te animás a contarte sola, para imaginar tu cabeza apoyada en mi pecho, y mis brazos alrededor tuyo, conteníendote, protegiendo esa pared de cristal que sos vos, que es tu piel, que es tu alma tan transparente y sin embargo tan impenetrable.
Dama de las Lágrimas Negras, ¿por qué seguís llorando?

martes, 31 de agosto de 2010

Recuerdo

Probé intentar más tarde... quizá lo logre, pero no supe... intenté probar antes... y no pude, quizá lo supe, pero no quise aceptarlo... la aceptación de los bienes de cada uno, viene de dentro de uno mismo, no se puede imponer la verdad... ni siquiera regalarla... la verdad es lo se conoce con los propios ojos y con el propio sufrimiento de la piel y las neuronas... por eso fue aquél día, en el que el tiempo no era más tiempo y los lugares ya no estaban como antes, fue aquél día cuando caí sin tropezarme, y cuando me levanté sin mucho esfuerzo... fue aquél día, en el que las rosas no tenían ni color ni olor y las cosas no emitían sonido alguno... fue aquél día cuando lo que pensé inexistente se mostró ante mi, y esa fantasía negada por mi conciencia se hizo verdad... se hizo verdad para que la conociera, para que sufriera.. porque nadie dijo que la verdad, aunque mejore, no haga mal... fue aquella tarde gris de otoño.. ese otoño muy "buenosairesco" que siempre se muestra todos los junios desde hace quien sabe cuanto tiempo... esa tarde, yo estaba encerrado en mi cama (el otoño me deprime y no me inspira)... esperando a que pase el día, la semana y tal vez el mes... por qué no el año... ¿nunca sintieron querer dormirse y despertarse en un futuro no muy lejano siendo nadie?, sin que nadie los recuerde, sin que haya registro de su existencia anterior, pero sin embargo, sabiendo todo lo que uno ha aprendido en la corta existencia de nuestras vidas... volviendo a lo nuestro, a lo que nos atañe... esa tarde gris de otoño buenosairesco, yo dormí... dormí como tantas otras tardes, pero esta tarde fue distinta... soñé que todo lo que había construido se derrumbaba, que cada pieza de mi ser se perdía en los rincones más recónditos del tiempo-espacio... y que yo ya no era... y que a nadie le importaba ya mi existencia... pero sin embargo, todos me recordaban... algunos con odio, otros con alegría... pero había una excepción (como para toda regla)... ella no sabía quién era yo... no recordaba mis existencias, mis caricias, mis besos, mis abrazos, mis llantos, mis risas, mi compañía... no recordaba mis enfados, mis desenfados, mis preocupaciones, mis idas y venidas y tantas otras cosas que habíamos compartido... sin embargo, yo la veía... veía como seguía con su vida, fracasando tras cada intento que tomaba... equivocándose en cada palabra que decía y en cada concepto que pensaba... cayendo y no queriendo levantarse... yo la veía... la lloraba... hasta que entré en ella... y vi que era lo que realmente le pasaba... vi cuál era la razón de su mirada perdida, de su desacierto, de su deshonor, de su deshonra y de todos sus "des"... vi cuál era la causa de que ya no quisiera, ya no más... vi, dentro de sus propios pensamientos, que yo ya no la recordaba...

lunes, 30 de agosto de 2010

Te sentaste un día

Te sentaste un día, sola, al pie de tu cama, pero en el suelo. Pensaste durante largo rato qué había sido de tu vida hasta ese momento, y te largaste a llorar.  Fue una extraña paradoja, la razón y la consecuencia, la causa y el acto.  Sola llorabas, por estar sola. Tu pensamiento no sabía hacia dónde dirigirse, solamente se te borroneaban imágenes agresivas, tristes, pero en las que siempre existía una pared imaginaria entre vos y “el resto” (como solías llamarlos).
Nunca supiste bien qué hacer, cómo salir. Preferiste escapar a cada mínimo detalle que creías que te sacaba del camino que habías elegido, pero hoy… hoy llorabas porque ni siquiera tenías ese camino. Te sentiste a la deriva, obviamente sola. Ni todos los momentos que creíste felices podían sacarte de donde estabas hoy, sumida en la tristeza total.
Intentaste escribir, no te salían las palabras. Intentaste dibujar, pero tus trazos no tenían sentido. Intentaste hacer algo de música, pero no lograbas combinar las notas. Tenías ganas de salir a la calle, pero al mismo tiempo de quedarte encerrada… sola y con ganas de compañía… sola y con ganas de seguir sola.
Lo único que querías en ese momento de soledad, era que alguien se te acercara y te dijera las palabras justas que necesitabas oír. Pero no pasó. Lo único que necesitabas era esa cara sonriéndote, intentándote sacar adelante. Pero irónicamente, no querías ver a nadie.
Entre toda esa mezcla de sentimientos, casi inconcientemente recordaste las palabras de un “alguien” que una vez te dijo: “si no te jugás, nunca lo vas a saber”. Quizá esa fue la razón por la cual te paraste, te secaste las lágrimas, sonreíste forzosamente (pero de corazón), y viniste a llorar conmigo. Justo conmigo, porque casualmente, yo estaba llorando por vos.

sábado, 28 de agosto de 2010

Inmemorias

Un día dije que nunca añoraría lo que ya sucedió, y eso me hizo olvidar el segundo anterior. Consecuentemente también olvidé mi promesa, por eso seguí con mi vida como si nada, pero olvidando todo, para tener siempre presente. Pero me di cuenta que no era para el presente, sino que era para el futuro, entonces me sentí como en un viaje temporal, pero sin moverme de mi lugar. Sentía la corriente del tiempo fluir a través mio (o quizá era yo el que fluía a través del tiempo, vaya uno a saber). Podía dibujar con mis manos los eternos garabatos que mi memoria instantáneamente olvidaría, podía decir palabras para luego no poder hacerme cargo de ellas. Podía hacer, sin saber para qué. Miraba todo como si fuera nuevo, nunca lo había visto... los olores, los sabores; era todo nuevo.
Sin embargo un día salí a la calle. La puerta la encontré tanteando la pared, pues no recordaba su ubicación. Ya fuera comencé a caminar... y caminé, uno... dos... tres pasos... cuando de improvisto se apareció ante mi una figura que jamás había visto en mi vida (claro, era imposible recordar si la había visto o no a ciencia cierta). Esa figura me miró con la misma mirada que yo a ella, y al unísono nos preguntamos: "¿quién sos?"
Pero no sabíamos la respuesta. Fue por eso que nos regalamos al caminar acompañados. No había nada que perder. Ella también miraba todo como si fuera nuevo, me preguntó dónde vivía, pero yo no podía recordar la casa que estaba detrás mio... me preguntó mi edad y dije: "calculo que tendré alrededor de 20 años, pues no me veo tan viejo". A lo que ella rió.
Era todo extraño y a la vez extrañamente familiar. Las baldosas, los árboles, sus ojos, la calle, el empedrado, su pelo, el cielo, los cables, su boca, las paredes, las casas, su caminar.
Nos llamábamos de distintas maneras cada vez que lo hacíamos, pero siempre sabíamos a quien responderle.
Obviamente dábamos vueltas a la manzana solamente, porque no recordábamos cuál había sido nuestro paso anterior.
Y así fue, como de tantas vueltas que dimos a las mismas veredas, comenzamos a ponerle nombre a las cosas, y a llamarlas siempre del mismo modo, nos pusimos un nombre fijo para que no se diera vuelta cualquiera cuando nos intentábamos llamar. Tocamos todos los timbres de las 4 cuadras, para conocer más gente. Pero en una casa nadie respondía, así que decidimos entrar.
Crucé ese zaguán medio deteriorado para llegar al fondo. Dibujé un garabato con mi mano que seguía justo el contorno de la casa. Me sorprendí, pues el garabato habia sido dibujado aparentemente al azar. Ella sintió un olor... como a comida... y gritó "se me quema el tuco!" mientras corría a la cocina. Entré en pánico, miré la casa otra vez, y sabía que tenía goteras en el techo de las piezas, sabía de qué color era la grifería de la cocina, sabía que se cortaba el pasto los martes de cada mes. Entonces grité su nombre, que era distinto al nombre que le había puesto antes. Ella vino, me llamó por mi nombre, que también era distinto al que me había puesto antes. Nos miramos, agaché la cabeza y fui hasta la pieza. Había una valija esperándome y un boleto de avión, junto a un papel medio arrugado con su firma y otra más. Solamente faltaba la mía...

jueves, 26 de agosto de 2010

Eso

Ya sé
No necesito que me lo digas
Vos querés sólo eso
Y nada más que eso
Se te nota en la mirada
Es en lo único que pensás
Disculpame, quizá te hago sentir incómoda, pero yo no quiero eso de vos
Somos distintos pero iguales en el fondo
Me hacés acordar a mí mismo
Y seguro que yo también
Aunque sigas pensando sólo en eso que ya no sabés cómo disimular
Eso, eso, eso
Ya estoy harto de eso
Pero no sé cómo decírtelo
Y vos no te das cuenta
Y yo te digo: “salí un poco de tu mundo”
Y vos no te das cuenta
Porque sólo pensás en eso
“Eso” no es lo que vos pensás
Es lo mismo, pero lo contrario
Y si no entendés lo que te digo
Quedate pensando
Porque yo también quiero eso

miércoles, 25 de agosto de 2010

Recursivo

Nunca sabés dónde encontrar algo nuevo. Ni siquiera sabés lo que hay a la vuelta de la misma esquina que transitaste ayer. Lo único que hace falta es asomarse, correr el riesgo, tomar la oportunidad.
Siempre se aprende de las cosas nuevas, sean buenas o malas. Aunque las experiencias pasadas nos indiquen lo contrario, que no debemos asomarnos otra vez a lo que anteriormente nos lastimó la cara.
Nuevas experiencias significan más lecciones que aprender, y a su vez, eso significa que seremos mejores personas, aunque pensemos que la suerte no está de nuestro lado.
Una vez conocí una persona, cuyos ojos me dijeron mucho de ella en un primer momento. Esos ojos que hablan por sí solos, me contaron de ella que tenía ganas de aprender, ganas de aprender sobre sí misma.
Quizá fueron sus ganas de aprender las que la llevaron a hablarme, a seguir hablándome, cuando yo lo único que hacía era decirle las cosas que ella ya sabía, pero necesitaba confirmar.
Esta historia no tiene un fin, en realidad ninguna historia tiene fin, ni siquiera la historia misma. Todo está siempre "recién comenzando" y quizá, muy en el fondo quizá, ese es el verdadero sentido: siempre comenzar.

martes, 24 de agosto de 2010

Alguien me dijo...

"cuando dos personas se pertenecen, la distancia y el tiempo son secundarios, porque siempre vuelven a encontrarse"

lunes, 23 de agosto de 2010

Tranquilidad del alma

Siempre es difícil traducir. No sólo porque se trate de otro idioma, sonidos que no usamos en nuestra vida diaria, sino que lo que decimos siempre va a depender de lo que vemos, lo que aprendimos, lo que fuimos y lo que somos. Cuánto más lejos está el otro idioma, más difícil nos es comprenderlo. Pero al mismo tiempo, esa gente de tan lejos quizá tenga otra perspectiva sobre las mismas cosas que nosotros vemos cotidianamente. Quizá esa gente le otorgue otra importancia a lo que nosotros simplemente dejamos pasar. Quizá para ellos sea más importante un concepto, un sonido, que la palabra que lo representa.

Es así como hace muchos años me acerqué a otra lengua, a otra forma de decir las mismas cosas, a otra escala de valores, a otra perspectiva. Así también es como llegué al nick que uso ahora, al nombre del blog y a tantas otras expresiones que me sacan alguna sonrisa cuando las veo aplicables en una situación.

"Kokoro" quiere decir, literalmente, corazón. Así a simple vista no difiere de la palabra que nosotros usamos para describirlo, pero si nos ponemos a pensar un ratito, caeríamos en cuenta de que usamos la palabra "corazón" para muchas otras cosas más que para ese músculo que bombea sangre. El corazón es amor, es sentimiento, es calor, es sentir, es nuestro espíritu, nuestra alma.

"Seijaku" es un poco más complicado de explicar. Casi que no tiene traducción literal al castellano, porque es un concepto muy amplio. Podría decirse que el equivalente más inmediato es "tranquilidad balanceada", pero al decirlo así, tenemos la oportunidad de ahondar mucho más en su significado y ponernos a deshilachar el fantástico núcleo de la palabra en sí. Silencio, calma, tranquilidad, balance, equilibrio, todo eso junto, en una sola palabra, un solo lugar.

El lugar que seijaku encontró en mi, es mi kokoro. Yo no lo busqué, llegó solo, un día me desperté y estaba ahí. Me sonrió, le sonreí, le ofrecí un lugar para quedarse y así lo hizo. Cada tanto tenemos discusiones, diferencias. Cada tanto seijaku se sienta en un rincón y me mira ser un poco más mundano, riéndose en silencio, viendo cómo mi vena se va hinchando y mi cuello se va poniendo colorado ante la indignación, la impotencia, la injusticia.

A partir de ahí, compartimos día a día, todos los días, desde un acorde de guitarra mal rasgado, hasta aprender algo nuevo. Nos acompañamos, me acompaña, lo acompaño, pero siempre tratando de encontrar ese equilibrio, ese balance, esa calma, ahora entre nosotros.